La evolución en salud con el soporte de las Tecnologías de Información

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Por José Luís Bruzadin*

«He dedicado mis últimos 10 años a las Tecnologías de la Información, con enfoque en el área de salud, que es un tema que a mí me encanta por su gran oportunidad de utilizar la tecnología para mejorar la calidad de vida de las personas. Mucho se habla de la insuficiencia de recursos financieros en este sector, aunque estoy seguro de que ellos existen pero son subutilizados, incluso por la dificultad de gestión. Y aquí nos auxilian las TIC.

Pero, antes, me encantaría recordar los años que he trabajado en el proceso de informatización del sector financiero en Brasil, a fin de que entendamos ese contexto. En los 80, habíamos vivido momentos inflacionarios terribles, como la bancarrota de los bancos, donde podían perder fortunas de un día para otro, caso no supiesen administrar con exactitud sus recursos. Con ello, se hicieron inversiones en la automatización de los procesos, desde los sistemas centrales hasta las ventanillas de atención en las sucursales y, posteriormente, el hecho de que se ofrecieron los cajeros automáticos, acercándose los bancos más a sus clientes. Eso ha proporcionado una visión detallada de las instituciones y una gestión que se ha convertido en factor competitivo diferencial. Los bancos que se han adaptado a ese nuevo ambiente, incluso con los nuevos recursos en línea, han tenido una gran ventaja competitiva. De hecho, la crisis inflacionaria y la respuesta evolutiva han puesto Brasil en la vanguardia mundial en el uso de las TIC en el sector.

No obstante, en el área de salud aún es complejo y difícil mensurar los beneficios de las inversiones en TIC, puesto que muchos de estos se han vuelto al bienestar y a la calidad de los servicios ofrecidos a los pacientes. Además, nos ha llegado una crisis en este sector: pocos profesionales, alza en los costos, hay dudas respecto la calidad de los servicios y muchas personas no logran acceder al sistema de salud; y a ello se suma el hecho del envejecimiento natural de la población. Así que no se puede seguir adelante sin hacer inversiones en TIC, a fin de digitalizar ese proceso, incrementando la gestión y la calidad de los servicios.

Se necesita esta innovación e incluso es ella la primera etapa de lo que percibimos como futuro de la salud para los próximos 10 años, pero hay que hacerlo lo más pronto posible. Las atenciones no se van a limitar a los ambientes hospitalarios y estas instituciones tienen que prepararse para proporcionar una atención continua. Cada vez más los tratamientos van a personalizarse más para cada persona, con la evolución de las tecnologías genómicas más accesibles. Así, igual al sistema bancario aludido, los accesos a los servicios de salud van a suceder en cualquier sitio: en casa, en el hospital, en una ciudad o un continente distinto. Las tecnologías ponibles, como, por ejemplo, un reloj que mide la frecuencia cardíaca, además de medir la temperatura del cuerpo humano, permite monitorear el paciente y pronosticar complicaciones en sus tratamientos – y pronto se van a convertir en muy populares. Tecnologías como las de macrodatos, computación en la nube e internet de las cosas son las funciones que van a permitir esa evolución.

Más allá de la necesidad de controlar costos y optimizar procesos actuales, las inversiones en TIC son cada vez más estratégicas y necesarias ante los retos actuales y las oportunidades que hay por delante. Las grandes innovaciones surgen de las crisis, por lo que estoy seguro de que pronto estaremos en un nivel distinto. En Brasil, tenemos las condiciones para generar tecnologías y compartirlas con otros países, y estoy seguro que así lo haremos».

*José Luís Bruzadin es director de Mercado de Salud de Intel para Latinoamérica.

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