Si del punto de vista de la gestión de un hospital, el PEP (Ficha Clínica Electrónica del Paciente) garantiza más agilidad, seguridad, eficiencia y reducción de costos, para el sistema de salud brasilero las ganancias también serán muy grandes. Especialmente para las RAS (Redes de Atención a la Salud) – instituciones de servicios de salud vinculadas entre sí por misión única y objetivo común: garantizar atención continua e integrada a determinada población, en el tiempo y lugar ciertos, de forma humanizada.

Aunque todavía no tan masificadas, las soluciones del PEP ya son realidad en una parte significativa del sector de salud privada, pero necesitan avanzar en la salud pública. Por generar facilidad, agilidad y seguridad para los profesionales de salud, la implementación de las fichas clínicas electrónicas en todo el territorio nacional significaría un grande paso rumbo a la mejoría en la calidad de la asistencia dada a los pacientes.

Capaz de integrar las informaciones de todos los servicios y unidades de la red pública de salud, un sistema de PEP puede reducir el número de papeles archivados, disminuir la incidencia de errores de conducta, evitar la redundancia de procedimientos y aumentar la productividad del servicio y la satisfacción de los usuarios. Además de eso, los datos almacenados quedan disponibles en tiempo real y se puede accederlas en cualquier lugar. Las informaciones más legibles de las fichas clínicas escritas manualmente quedan almacenadas en el sistema, dando soporte al proceso de recuperación, estudios clínicos y evaluaciones para la mejora del paciente.

Al ayudar en la mejoría de la calidad de la atención, el PEP integra el paciente a los servicios de salud locales colaborando para la optimización de la gestión pública. Con las informaciones de todos los servicios y unidades de la Red Pública de Salud integradas, es posible hacer la monitorización de los datos y el acompañamiento de la situación e historial de salud de los ciudadanos para después realizar el control efectivo de la aplicación de los recursos públicos. Un PEP en una red de atención es esencial para la organización racional de los flujos y contraflujos de informaciones, productos y personas. Sin el PEP, la atención primaria a la salud queda dañada porque no puede ejercitar su papel de centro de comunicación, coordinando el cuidado.