Cinco errores fatales en la gestión hospitalaria

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Una gestión eficiente consigue hacer que le hospital atienda sus metas, eleve la calidad de los servicios de salud y, consecuentemente, aumente sus ingresos. Pero eso no es todo. Cuando la gestión hospitalaria es reconocidamente eficiente eso pasa a ser un factor preponderante en el momento de la escogencia de los pacientes por una institución de salud. Al mismo tiempo, constituye también una ventaja para que el hospital pueda negociar acuerdos de trabajo con los profesionales de salud.

Mejorar la gestión es el camino para mantener procesos operativos en pleno funcionamiento y mejorar los rendimientos de la institución. Conozca aquí los cinco errores fatales que afectan la eficiencia de la gestión hospitalaria y sepa que hacer para evitarlos.

1. Hacer cambios rápidos sin planeamiento

Después de identificar carencias que dejan evidentes las necesidades de cambios en la gestión hospitalaria, el planeamiento debe ser el primer paso antes de poner en marcha las acciones. Los hospitales que ponen en práctica transformaciones rápidas en la gestión sin antes preparar un planeamiento responsable acaban exponiendo la organización a riesgos, que pueden llevar a complicaciones serias a lo largo del tiempo.

El planeamiento es una etapa de cálculo y raciocinio anticipado en que los objetivos y estrategias deben definirse de forma realista, no puede confundirse con previsión. Planear y reflejar sobre la ejecución de las acciones de manera táctica y no se trata de una simple expectativa sobre el resultado que los cambios pueden traer. Por eso, para conseguir buenos resultados, el planeamiento debe considerar una serie de factores antes de que las transformaciones se lleven adelante, estos son:

- La situación actual de la institución;
- Las metas propuestas;
- Los objetivos a corto y mediano plazo;
- Los profesionales involucrados en el cambio;
- Los recursos financieros disponibles y;
- Las necesidades de la institución para los próximos años (posibilidades de crecimiento y expansión).

También es necesario estar atento a las transformaciones en el contexto externo, esto depende, del mercado, y el escenario interno de la organización hospitalaria con el fin de, si es el caso, revaluar y readaptar las estrategias y objetivos.

Y ya que hablamos de contexto externo, podemos decir que la incorporación de la tecnología a los procesos de la gestión es lo que hay de más evidente en este segmento de mercado. Métodos de trabajo de gestores, administradores y demás profesionales del área de la salud han recibido un considerable impacto en función de la velocidad con que las novedades tecnológicas avanzan.

2. Fallas en la comunicación entre los equipos

Las fallas en la comunicación pueden hacer lento el flujo de los procesos del hospital. Las incertezas, informaciones desencontradas e imprecisas dejan evidente que los equipos de trabajo carecen de orientación o no fueron preparadas para actuar adecuadamente en las funciones que deben desempeñar.

Mejorar el desempeño de la organización implica en sacar lo mejor de las capacidades y competencias de los profesionales involucrados. Para eso, es importante no sólo que el ambiente de trabajo sea propicio para la comunicación, sino que también los equipos actúen de forma integrada, respetando y siguiendo estándares para garantizar la uniformidad de los procesos.

En ese sentido, la implementación de un software puede tener un impacto significativo y traer agilidad para la gestión, pues automatiza tareas operativas, asegurando que los estándares sean obedecidos, además de proporcionar en el sistema los datos de los clientes. Esto hace la información accesible para consulta, lo que elimina la posibilidad de ocurrir distorsiones u omisiones. Al final, los datos de los clientes son valiosos para hospitales y clínicas, cuanto más legibles y precisas sean las informaciones, menores posibilidades de errores existirán.

3. Falta de estandarización de los procesos

Cuando no hay estándares sólidos establecidos, las tareas acaban siendo ejecutadas de manera diferente por cada profesional, eso ayuda a que la organización sea caótica, lo que demanda un grande esfuerzo aun cuando se trata de realizar acciones simples como encontrar datos, responder dudas o esclarecer orientaciones a los pacientes.

Automatizar procesos es la forma más eficaz de evitar desorganización, garantizando que el hospital ofrezca un servicio de calidad a través de procedimientos consolidados y acciones asertivas. Esto se refleja en más seguridad para los pacientes atendidos y contribuye para consolidar mejores prácticas en la gestión de la institución de salud.

4. No considerar el aumento de los gastos antes de expandir el negocio

La institución puede creer que por mantener un buen desempeño y alcanzar buenos ingresos está preparada para hacer una expansión, abriendo una nueva unidad. Es una iniciativa que envuelve algunos riesgos, por eso el hospital debe considerar que el crecimiento del negocio implica el aumento de gastos, no es tan sencillo como solamente dividir la atención a los pacientes y dividir los profesionales de salud entre las unidades.

Antes de expandirse es fundamental comprobar si el mercado es viable y las demandas son altas lo suficiente para dar soporte a la expansión. Tener un conocimiento amplio sobre la situación financiera del hospital es esencial para apoyar una decisión como esa, de ahí la importancia de adoptar métodos que contribuyan para un efectivo control financiero de la institución, con el de permitir que movimientos de ese tipo puedan ser decididos con grande margen de seguridad, minimizando los posible riesgos.

5. No ser referencia en algo específico

Un hospital puede ser un centro de referencia por diversos motivos, sea por tener un equipo de profesionales de salud de calidad, por tener un modelo de gestión hospitalaria diferenciado o por ofrecer una atención de excelencia a los pacientes.

Es importante que el hospital desarrolle un diferencial para construir credibilidad. Delante de esa necesidad, automatizar las operaciones es un medio de convertir la gestión más dinámica, alcanzando procesos más fluidos y garantizando que sea dado al paciente una atención de calidad.

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