Business Intelligence: actuación estratégica también en la salud

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Por Paulo Magnus*

En muchas organizaciones, los responsables por la toma de decisiones la mayoría de las veces no conocen sus necesidades de información reales. En realidad, no existe una ciencia que pueda estar a disposición para auxiliarlos a tener una visión amplía, dinámica y sistémica del negocio. Por eso, herramientas de Business Intelligence (BI) son cada vez más destacadas como ítems obligatorios en la gestión corporativa.

En el área de la salud, segmento presionado por ofrecer servicios de calidad generalmente con recursos escasos, el uso del BI aún es poco difundido. Sin embargo, ya existen hospitales, clínicas y otras instituciones que descubrieron sus ventajas. A partir de la consolidación de varios datos en un único repositorio para la búsqueda e interpretación de informaciones almacenadas en tiempo real, el BI garantiza acceso amplío y detallado a los temas operativos, como el cuadro clínico de los pacientes para que el equipo médico realice estudios sobre situaciones de riesgo y responda con acciones que puedan evitar futuros problemas.

Otro punto clave, un ejemplo más de la posibilidad de usar datos inteligentes en la salud, es el hecho de tener el control total de lo que sucede en todos los sectores de una institución, desde las cuestiones financieras hasta el cuidado con el paciente. Eso facilita la apertura de planes de acción para resolución de problemas y la gestión de resultados de manera organizada. Una vez que el ejecutivo de un hospital deja de conducir el futuro organizacional por el método “intentos/errores” y pasa a planear el negocio a partir de conocimientos reales, aumenta la probabilidad de éxito.

En la salud pública, además de proporcionar a los gestores municipales una visión administrativa de unidades y servicios prestados, el BI puede tener gran utilidad en la definición de acciones preventivas y correctivas. La capacidad de memorizar, cruzar y compartir datos provenientes de diferentes instituciones que atienden diariamente la población permite la investigación y control epidemiológico por localización o tipo de enfermedad, reducción de costos por la identificación de problemas y desperdicios, mejor distribución de la oferta de servicios, aumento en la calidad de la atención a los pacientes, dentro de muchos otros factores, como hasta una actuación gubernamental más proactiva en vez de reactiva.

Capaces de transformar innumerables datos en informaciones inteligentes, las herramientas de BI destacan factores críticos y oportunidades, identifican estándares y tendencias, presentan análisis estadísticos e históricos para la creación de metas y, de esa forma, guían a los gestores y permiten la elaboración de planeamientos estratégicos con seguridad.

*Paulo Magnus es el presidente de MV

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